Foto: Juan José Escobar Gil
De acuerdo al botánico español José Cuatrecasas, quién dedicó su vida a trabajar con frailejones (Espeletias), con la familia Asterácea y con los páramos en general, estos ecosistemas se definen como “la formación por encima del bosque, abierta”, es decir, donde no hay árboles y donde se encuentran siempre espeletias.
Si se tiene en cuenta esta definición, los únicos países que contarían con páramos serían; Venezuela, Colombia y Ecuador, pero desde una perspectiva más amplia se incluye también: Talamanca entre Costa Rica y Panamá en donde hay una zona abierta con fisiografía muy similar, aunque sin espeletias y La Janca o Puna que está en Perú, que es abierta pero no cuenta con vegetación arrosetada.
En Colombia contamos con 37 complejos de páramos, que son agrupamientos de montañas con afinidad a nivel de especies. Estos ecosistemas que se caracterizan por albergar diferentes formas de vida como: rosetas con tallo, bambusoides, pastos, hierbas rastreras, rosetas o cojines y unos arbustos más desarrollados, suele encontrarse a una altura de 3300 mts. Se estima que para el caso de páramos hay unas 4.700 especies de plantas aproximadamente.
En cuanto la temperatura en estos ecosistemas, se han registrado cambios de hasta de 30º entre el día y la noche, motivo por el cual, las plantas deben adaptarse a unas dinámicas térmicas muy rápidas. La marcescencia, por ejemplo, es una condición muy interesante que se presenta en los frailejones y en otras plantas, que retienen las hojas muertas lo cual les da cierto nivel de tolerancia al congelamiento.
Los páramos brindan gran cantidad de agua; casi toda la que se consume en el país es generada de manera directa o indirecta en ellos. Uno de los fenómenos relacionados a esto es el de “Las turberas”, que consiste en la acumulación de musgos del género Sphagnum que se acomodan uno sobre otro de manera que mantienen el agua y logran retener hasta 47 veces su peso en agua.
Antioquia y sus Páramos
En el departamento, se reconocen 5 complejos de páramos. El del Valle de Aburrá no es reconocido como tal, ya que es muy pequeño y puede ser una disyunción del páramo de Belmira, al ser un continuo interrumpido por la ganadería, agricultura y demás entre San José de la Montaña, Belmira, San Pedro, hasta San Félix en el Municipio de Bello.
1. Páramo de Sonsón
La capacidad de carga de este páramo es mínima, por lo cual no es recomendable visitarlo Los más emblemático que se encuentra allí, es una especie nueva que solo se encuentra en el Cerro de las Palomas. Por otrra parte, también se encuentra Symbolanthus gaultherioides , especie que se consideraba endémica de este sitio, pero fue encontrada también en Farallones de Citará.
Altura máxima 3363 msnm
2. Páramo de Urrao – Páramo del Sol
En este páramo se han encontrado 59 especies de Asteráceas, es decir que es el lugar tal vez más diverso que se pueda encontrar de esta familia en el mundo.
Altura máxima 3.970 msnm
3. Páramo Belmira (Páramo de Santa Inés)
Este páramo tiene 10.622 has, es tal vez uno de los más conocidos de Antioquia. Hace unos 5 años se encontró Polygala corifolia, especie de la cual solo se tenía un registro de 1840 cerca a Bogotá hasta el año 2014 que se hizo otro registro en los Llanos de Cuivá en un potrero.
Altura máxima 3.340 msnm
4. Farallones de Citará
Allí se encuentra la laguna de Santa Rita, donde nacen ríos tan importantes como el Atrato, que hace parte del Chocó y de Antioquia.
Altura máxima 3.975 msnm
5. Nudo de Paramillo
Cuenta con 1550 has, es el más desconocido de nuestros páramos, se encuentra ubicado fundamentalmente en Antioquia en el municipio de Ituango.
Altura máxima 3.720 msnm
*La información contenida en esta publicación es una reproducción parcial de la conferencia “Los Paramos en Antioquia” dictada por el profesor Fernando Alzate Guarín de la Universidad de Antioquia