La mayoría de las palmas nativas es dependiente de los bosques, pues no puede sostener poblaciones sanas a plena exposición del sol. En los últimos años desarrollamos modelos de distribución, basados en registros biológicos y a través de la predicción por capas climáticas [3], de todas las especies de palmas de Colombia. Los modelos de distribución permiten tener un acercamiento a la distribución potencial de las especies, a partir de estos modelos se pueden estimar métricas útiles para la conservación, como el porcentaje de hábitat perdido para las especies por deforestación o porcentaje ganado por recuperación del bosque, e incluso qué tanto de la distribución de una especie entra en los Parques Nacionales Naturales u otras figuras del sistema de áreas protegidas, dándole esperanza de conservación a largo plazo a la especie.
Usamos las capas de bosque y no bosque del IDEAM [2] y los polígonos del sistema nacional de áreas protegidas para sobreponer a los modelos de distribución de las especies.
De este ejercicio salieron algunos números sobrecogedores: en algunas localidades (celdas de 1 km2) del país puede haber potencialmente hasta 68 especies diferentes de palmas. Teniendo en cuenta la superposición en las áreas de distribución potencial de las especies, hay dos áreas de mayor riqueza para las palmas nativas de Colombia: el piedemonte de Putumayo y Cauca, y el piedemonte Chocoano. También, encontramos algunos datos preocupantes: el Magdalena medio alberga el mayor número de especies endémicas y amenazadas, pero también con la mayor pérdida de hábitat, por lo que es necesario proteger áreas que conserven urgentemente a las palmas de esta zona.
endémicas y amenazadas, pero también con la mayor pérdida de hábitat, por lo que es necesario proteger áreas que conserven urgentemente a las palmas de esta zona. Teniendo en cuenta todas las figuras de protección, públicas y privadas, encontramos que 19 de las especies de palmas nativas de Colombia se distribuyen por fuera de esas figuras y están desprotegidas, 13 de las cuales son endémicas de Colombia, por lo que no están siendo conservadas en ningún área protegida del mundo. Para mencionar algunos casos concretos, el mamarrón, Attalea cohune, nativa del Magdalena medio, sólo cuenta con el 3% de su hábitat original; el Árbol Nacional colombiano, Ceroxylon quindiuense, sólo subsiste hoy en el 37% de él. Por último, Ceroxylon sasaimae, la única palma de cera endémica de Colombia vive en sólo el 18% de su hábitat original.
La designación de nuevas áreas para la conservación como los Parques Nacionales Naturales se basa en criterios ambientales que pueden no cumplirse en las áreas donde sobreviven algunas de las palmas más amenazadas. Aunque en las zonas donde se distribuyen las palmas, el bosque se conserva mejor dentro de las áreas protegidas que por fuera de ellas, la disponibilidad de hábitat dentro de estas áreas no es total. Este trabajo hace evidente la necesidad de 1) que se designen otras figuras de protección de áreas para las especies desprotegidas y las que tienen menor hábitat remanente y 2) que se complemente la estrategia de conservación de áreas con enfoques de restauración que amplíen el hábitat disponible para las especies.
[1] G. Galeano, R. Bernal y Y. Figueroa, “Plan de conservación, manejo y uso sostenible de las palmas de Colombia”, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, and Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 2015.
[2] IDEAM. SBQ_SMBYC_BQNBQ_V7_2016. Disponible en: (Geoservicios). Enero 2020.
[3] Karger, D. N., Conrad, O., Böhner, J., Kawohl, T., Kreft, H., Soria-Auza, R. W., … & Kessler, M. (2017). Climatologies at high resolution for the earth’s land surface areas.
D. N. Karger, O. Conrad, J. Böhner, T. Kawohl, H. Kreft, R. W. Soria-Auza, M. Kessler, “Climatologies at high resolution for the earth’s land surface areas” Scientific Data, 4, 170122, 2017 doi: 10.1038/sdata.2017.122.
[4] Instituto Alexander von Humboldt (2017-2018). Glosario. [en línea], disponible en: geoservicios
El mamarrón, Attalea cohune, nativa del Magdalena medio, sólo cuenta con el 3% de su hábitat original; el Árbol Nacional colombiano, Ceroxylon quindiuense, sólo subsiste hoy en el 37% de él. Por último, Ceroxylon sasaimae, la única palma de cera endémica de Colombia vive en sólo el 18% de su hábitat original.
Para la conservación de especies existen figuras de protección que se agrupan en tres: “área protegida, red ecológica e infraestructura verde”.
En Colombia existe el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP). Este es el conjunto de todas las áreas protegidas del país que se presentan en tres formas: gobernanza pública, privada y comunitaria.
Las áreas protegidas vinculan diferentes actores, estrategias e instrumentos de gestión, para contribuir con los objetivos de conservación del país [4]
Perteneciente a un solo lugar. Una especie es endémica de un área si su distribución se restringe a una determinada zona geográfica y no se encuentran en ningún otro lugar del planeta [4].