Las epífitas vasculares son plantas que germinan y crecen de forma no parásita sobre otras plantas, en todos los estados de su vida [1]. Este grupo de plantas habita una gran variedad de ecosistemas. Sin embargo, se encuentra distribuido en mayor medida en ecosistemas húmedos tropicales [2] y en particular en ecosistemas montanos donde forman gran parte de su diversidad vegetal [3]. Como parte estructural de los bosques, las epífitas cumplen varios roles en términos hidrológicos, de ciclaje de nutrientes, como refugio y alimento para la fauna.
En Antioquia se estudiaron (gracias una beca de Colciencias) las epífitas en diferentes bosques para entender cómo se distribuyen las especies [4], además sobre cómo es su mortalidad en un año [5]. Los resultados muestran que la composición de las especies epífitas cambia de acuerdo a características del bosque y el clima. Además, que las especies se agrupan en siete grupos funcionales. Las características de las hojas (rasgos funcionales) están relacionados con la distribución de las especies a lo largo del gradiente de elevación de los bosques (variación climática) y también se modula por la altura a la que crece las plantas sobre el árbol hospedero (variación microclimática).
Por otro lado, Zuleta et al. al estudiar la mortalidad de epífitas en bosques en Antioquia durante un año, encontraron que la mortalidad anual fue en promedio de 7,5 % plantas, es decir que en 12 años todas las epífitas podría cambiar. La gran mayoría de las muertes fue debido a la caída de las ramas o del árbol; seguido de la desecación. Tanto los factores locales (ubicación y altura de la planta, tamaño del árbol hospedero) como factores regionales (evapotranspiración, temperatura) desempeñaron un papel clave en la determinación de la mortalidad de las epífitas. La alta tasa de mortalidad registrada indica que la comunidad de epífitas debe ser altamente dinámica para evitar la extinción local de especies. Debido al cambio climático se espera que la evapotranspiración disminuya, por lo cual se espera que las epífitas puedan presentar mayores tasas de mortalidad.
Quintero y colaboradores de la Universidad CES y la secretaria de Ambiente de Medellín estudian la colonización de epífitas vasculares en bosques montanos en recuperación. La condición de dependencia de un soporte para su crecimiento implica que las epífitas vasculares habiten bosques con una estructura adecuada. Cuando los bosques se degradan y se recuperan, se espera que la comunidad de plantas epífitas colonice a sus hospederos en la medida que estos crecen. En este sentido se plantea que mejorar la estructura arbórea de los bosques a través de proyectos de reforestación puede favorecer la recuperación de la comunidad de epífitas y en consecuencia recuperar la diversidad intrínseca de los bosques.
En Medellín se han implementado estrategias de reforestación con fines de protección de cuencas y recuperación de bosques degradados [7]. Estas reforestaciones con especies nativas son un escenario que permite entender cómo se presentan los procesos de colonización de la comunidad de epífitas. Por lo tanto, en el 2019 se realizó un muestreo de epífitas vasculares presentes en dos bosques plantados entre el 2011 y 2012 por el programa “Mas bosques para Medellín” [7].
En cada bosque se registraron las epífitas que crecían en los árboles. En reforestaciones de alrededor de ocho años se encontró una riqueza promedio de cinco especies en tres familias (orquídeas, bromelias, polypodiáceas). Las especies más abundantes fueron las orquídeas (Telipogon andinus y Pterostema antioquiense) y el helecho Pleopeltis macrocarpa. Las especies de orquídeas crecieron en ramas delgadas de los árboles, en particular hubo una tendencia a crecer en árboles de la especie Senna pistaciifolia. El helecho Pleopeltis macrocarpa crece en los tallos o ramas más gruesas de los árboles y se encontró de manera más frecuente en árboles de la especie Croton magdalenensis. Las especies de orquídeas registradas son especies de distribución andina y Pterostema antioquiense esta reportada como endémica para Colombia.
Hallazgos importantes en el presente estudio tienen que ver con que en relativamente poco tiempo después de las siembras de árboles, se pueden establecer poblaciones de orquídeas que se hospedan en sitios distales de las ramas. Sin embargo, en reforestaciones cercanas a sitios con un estado de conservación mejor, se observó una mayor abundancia de orquídeas en todos sus estados de desarrollo desde plántula hasta individuos con fruto.